jueves, 1 de enero de 2009

Mujer lapidada

Exhibes mi cabeza
enterrado el cuerpo
bajo toneladas de arena
y me arrojas piedras
abriendo heridas
que no puedes ver.

La sangre gotea
desde mi frente
empapando la tierra;
cuida en acercarte
no sea que el charco
te ensucie los pies.

Sigue probando, puede
que la siguiente sea
la que me haga caer.
Te lo pondré fácil,
sácame, y no tendrás
que hacerlo otra vez.

O tal vez sí quieres.

Ya cerré los ojos. El latido nunca miente.