Mantiene la dosis.
Se deja sentir
serpenteando bajo la piel
fluyendo sin diluirse
volviendo la sangre impía
Y a las vírgenes equivoca
con promesas de recuerdo
ensuciando las conciencias
de agrio sudor añejo
Mientras, ellas limpian
sal acumulada en sus dientes
y saliva venenosa, espesa,
de la serpiente
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