lunes, 22 de diciembre de 2008

Lejos

Se me olvidan las palabras
se me escapan los recuerdos
y es que aquí no me concentro.

Hay tanto y tan poco
hay ruido que tapa el silencio
hay zombies y hay estiercol.

Me levanto,
observo y
me acuesto.

Puedo abrir la ventana
pero ¿no es mejor
el humo que el viento?

Camino cabizbaja y
aburrida porque cuando
levanto la cabeza tropiezo.

No hay gusanos, ni cuchillos;
no hay ni siquiera fuego.
Sólo veo la nada. Ceros.

martes, 2 de diciembre de 2008

Nostalgia

No he sentido llama más viva
que el anhelo de tu susurro
rozando mi silencio entrecortado,
ni niebla más densa ha cegado
mi fantasía que la locura,
porque no estás a mi lado.


Y a golpes contra mi pecho
escucho a mi corazón gritando
porque no acuden tus manos
a estremecerme mientras
yo te estoy amando.

Mariposas en la barriga

No comer, no dormir, sólo soñar.

Siento mariposas en la barriga
que aún no revolotean
son larvas que se alimentan
de mi deseo y crecen convertidas
en gusanos sometidos
al destierro de una tumba viva.

No comer, no dormir, sólo soñar.

Y las entrañas sirven cobijo
a los capullos de las mariposas
que tengo en la barriga.
Se cierran herméticas
pero aún las siento descansando
plácidas, estáticas, sin hormigueo.

No comer, no dormir, sólo soñar.

No se detienen el suficiente tiempo
las mariposas de mi barriga
para decir te quiero
se abren las crisálidas
y entonces escapan
y ya no las siento.

Como, duermo y no sueño.

Abstracción

No me atrevo a rozarte por miedo
a que tus palabras se desvanezcan;
ese incesante discurso del que,
por no escuchar, huyo.
Y convalezco en tanto
del tedio de la rutina,
de la lujuria hecha virus,
de la escoliosis de la vida.

Y por no creer más que en tangibles
escapo a la idea de autocomplacencia
del enamorado y me refugio en el
placer insatisfecho como excusa.

Y busco sobrepasar los límites,
busco un dolor que deje marca,
busco anular la cordura, una vacuna
para la alegría y la esperanza