domingo, 11 de enero de 2009

Un@ de tantos

Me simplifico
Me estereotipo
Me generalizo
Y casi me anulo.
Me pierdo en la inmensidad
de un mar de gente
y no me encuentro,
no me conozco,
¿cómo quieres conocerme?
Y me puede esta sensación
de no sentirme,
de llorar sola
sin mirarme,
de esconderme,
ocultarme,
evitar verme.
Correr sin ir a ningun lado
Ser feliz y estar llorando
Sonreir y estar gritando
Sangrar, beber y seguir sangrando
Pelear contra fantasmas
Respirar para asfixiarme
Experimentar el pánico
de no pensar y pensarlo todo,
de convertir locura en lucidez
y estar cuerda cuando el mundo se ha derrumbado.

martes, 6 de enero de 2009

El sexto día

Me prometieron revalorización
como el oro en tiempos de crisis,
pero caído el lazo, la mirra
no alivia los estreses de días perdidos.
Así que os invito a inhalar el humo
que envilece, colocarnos con incienso
para evocar las horas contenidas
en los años no bisiestos.
Y recuperar lo que olvidó Wendy
al regresar a la costumbre,
a la educación forzada de folletín.

Esto es una declaración de intenciones:
me repliego a la inevitabilidad
de desandar lo andado
porque, confieso, me he perdido
y no quiero encontrarme,
aún tengo fuerzas para explorar
rutas que no llevan a ninguna parte.
Y si caigo en espiral,
bienvenidas sean las nauseas,
aún sigo enfadada con mi sombra,
ya habrá tiempo de buscarla.

domingo, 4 de enero de 2009

El barrio

Me enamoré de ti y no te conocía,
eras leyenda, mito, voz trasladada de agüero.

Y sería el calor, las excusas y el insomnio;
sería hastío estival, paredes, cuentos: rotos.

Me colé en el vagón y llegué sin entrada,
y tiré por el suelo, del diario, las páginas.

Y la conciencia me grita:
¡Más de hecho pleno que de derecho!

Ahora tu idea, tu olor y tu sueño,
apenas un recuerdo, se acercan vacíos.

Te espero, pero trae las calles llenas.

jueves, 1 de enero de 2009

Mujer lapidada

Exhibes mi cabeza
enterrado el cuerpo
bajo toneladas de arena
y me arrojas piedras
abriendo heridas
que no puedes ver.

La sangre gotea
desde mi frente
empapando la tierra;
cuida en acercarte
no sea que el charco
te ensucie los pies.

Sigue probando, puede
que la siguiente sea
la que me haga caer.
Te lo pondré fácil,
sácame, y no tendrás
que hacerlo otra vez.

O tal vez sí quieres.

Ya cerré los ojos. El latido nunca miente.